Fundada en el siglo XIX por la familia Cuellar, paso a manos de la familia Peral en 1953. Desde entonces, elaboran sus vinos con las mismas técnicas ancestrales vinícolas que sus antecesores, mediante la “elaboración sobremadre”, en la cual se fermenta el mosto con parte de hollejos y, una vez terminada la fermentación, permanecerá con su “madre”, sin trasiego, hasta su embotellado.