¿Habíais oído alguna vez hablar del oficiante de bodas? Si os suena a chino este término, aquí os vamos a explicar qué papel juega en el enlace y porque deberíais platearos tener uno.
Un oficiante de boda es la persona que se encargará de guiaros a vosotros y a vuestros invitados. Será la persona que estará pendiente que todo salga bien, y a la que tendréis que recurrir si algo falla.
Es una figura que se ha exportado de países como en Inglaterra, donde incluso llegar a oficiar la ceremonia y casar a los novios de forma legal. Aquí, en España necesitaréis un notario o un concejal para oficiar vuestra ceremonia de forma legal.
¿Ahora bien, sabéis exactamente cuáles deben ser las tareas de un oficiante?
La primera y la más importante es hacer que el día de vuestra boda se quede grabado en vuestra retina como el mejor día de vuestras vidas.
Se encargará de crear una ceremonia personalizada, de guiar la pareja y los invitados a través de todos los pasos de la ceremonia y os ayudará a revivir todos los momentos bonitos que han hecho llegar hasta el día más importante.
El maestro de ceremonias escuchará vuestros deseos, que estilo queréis, si queréis algo romántico o algo con un toque de humor. Si queréis una ceremonia tradicional o queréis incluir algún elemento simbólico.
Si queréis algo emotivo. Será muy importante hacer partícipes a amigos o familiares. No hay nada más bonito que alguien cercano tenga algo que deciros el día de vuestra boda.
Las ventajas que tiene contar con un maestro de ceremonia son las siguientes:
Suelen ser especialistas en la organización integral del evento. Detalles que a nosotros se nos pueden pasar por alto como comprobar el sonido, como distribuir a los invitados son cosas de las que estará pendiente y no tendréis que preocuparos.
Posiblemente penséis que contar con un maestro de ceremonias sea caro, pero nada más lejos de la realidad, puesto que organización es sinónimo de ahorro.
Evitaras cualquier tipo de contratiempo que pueda surgir durante la ceremonia. Estará pendiente de que todo salga como haya sido planeado.
Un oficiante de ceremonia escuchará atentamente lo que vosotros queráis y adecuará la ceremonia a lo que le digáis. Tener uno, no significa que vaya a hacer solo que lo que quiera. Puede daros consejos, pero siempre hará todo en función de las pautas que vosotros le deis.
La ceremonia durará lo que vosotros decidáis. Por lo general, suele durar unos 30 minutos, pero todo dependerá si hay votos, o participación de algún familiar o amigo.
Para finalizar, tened en cuenta que por lo general un Maestro de Ceremonias no suele ser un oficiante legal. Pero si podréis encontrar jueces o incluso concejales que suelen ser muy buenos oficiando ceremonias, pero es la excepción que rompe la regla, ya que no suele ser muy habitual.
Lo bueno de tener un oficiante es que podréis elegir el lugar que más os guste para realizarlo y se podrá desplazar donde digáis, ya que no tendréis limitaciones legales o problemas de fecha y hora.
